lunes, 25 de junio de 2012

Obras de Stephen King llevadas a la gran pantalla (I)


Soy una de las tantas personas que siente predilección por Stephen King, y por supuesto, por las películas que siguen sus obras. La primera de ellas, y mi favorita, es 'El Resplandor'. Puede que me sienta influenciada por su director, Stanley Kubrick, o por su actor protagonista, Jack Nicholson. Ambos consiguen que la película sea una verdadera obra maestra en su género, transmitiéndote tanto miedo, tensión, humor, locura, exasperación... Todo ello con una magnífica realización, en la que el mínimo detalle es imprenscindible para conocer la finalidad que el director quiso transmitir a través de su filmación. 
He visto incontables veces esta película y sigo sin cansarme. Sin embargo siempre me ha llamado especialmente la atención el decorado del hotel. Podemos observar que tanto el hole, como los pasillos, además de habitaciones y paredes están decoradas de extraños dibujos rombolísticos, todos con distintos colores, pero sin perder la misma forma en todos ellos. 


El hotel es una metáfora del exterminio de los indios. Está construído sobre un cementerio indio. Uno de los primeros diálogos hace mención de ello, pero de pasada, una idea que no se haya en el libro de Stephen King. Muchos de los motivos que adornan el hotel pertenecen a culturas amerindias. Otra de las teorías que acompañan a este film, es que la imagen del  cocinero cuando aparece cubierto de sangre sobre la moqueta, es una alegoría de la violencia racista. Además cuando Danny está huyendo de su padre en la nieve y consigue salvarse siguiendo sus propias huellas, es un truco empleado a menudo por los "pieles rojas". 


Las curiosidades que rodean al rodaje son muchísimas. Jack Nicholson padecía un dolor insoportable de espalda, y no ayudó la prolongación del rodaje, prevista para 17 semanas, a 27 semanas finalmente, por lo que se dice que el actor debió de tomar cocaína para poder soportar los fuertes dolores.



La presión que ejerció el director sobre los actores no tenía límites. Éste quería conseguir que los protagonistas transmitieran locura, desesperación, angustia, inseguridad.. Y ello sólo se conseguía produciéndoles a su propia persona esos sentimientos. Shelley Duvall sufrió duras críticas por parte de su director durante todo el rodaje. La finalidad era causar a la actriz una verdadera angustia para que pudiera interpretar de forma impecable a una joven histérica e insegura. Además, Jack Nicholson dejó de estudiarse el guión a memoria, ya que todos los días que llegaba al rodaje encontraba como su guión sufría una y otra vez modificaciones por parte de su director, por lo que decidió estudiarse el día anterior sólo lo que le tocaría interpretar al día siguiente. Pero no sólo los actores sufrieron las exigencias de Kubrick, también las sufrió el propio Stephen King. El escritor siempre ha querido tener una participación activa en la filmación de sus libros, pero al enterarse de la difícil relación que tendría con el director, declinó la idea de colaborar en esta película.


Pero el director no sólo era famoso por sus excentricidades durante los rodajes, sino también a la hora de difundir su película por los distintos países. Su afán de perfeccionismo le llevó a escoger él mismo a los dobladores en los ditintos países. En España, como es bien sabido, se eligió a Verónica Forqué para que doblara a la actriz principal, cosa que nunca entenderé y que no concuerda con el criterio de trabajo del director. El doblaje español de esta película es el único detalle que quita miedo a una de las obras y películas más terroríficas de todos los tiempos.


Una de las escenas en las que Nicholson sufrió más presión por parte del director, sería la de cuando sigue a Wendy subiendo por las escaleras, pronunciando una de las frases más divertidas de toda la película: "No voy a hacerte daño, sólo voy a aplastarte los sesos. ¡Aplastaré tus jodidos sesos!"


Otra sería la escena en la que Jack rompe la puerta con el hacha y pronuncia la famosa frase "¡Jack está en casa!" que fue repetida exactamente 157 veces. Creo que el director si consiguió su finalidad, pues es una de las escenas más perfecta de toda la película, en la que Jack Nicholson demuestra su gran capacidad para interpretar a un hombre muy loco y desquiciado, que otro no hubiera conseguido ni por asomo.


En la última escena, en la que Jack muere congelado en la nieve, y en la que una vez más, Jack Nicholson demuestra ser jodidamente brillante, indica que el alma de Jack estará atrapada para siempre en el hotel.

All work and no play makes Jack a dull boy



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